Sin champú
En estos tiempos cada quien vive el drama venezolano de diferente manera por eso debo empezar mi relato diciendo que tengo la suerte o la desventura de vivir fuera de Venezuela. Esta no es una historia reciente pero es la que uso de referencia para contarles a las personas que me preguntan por la situación del país mi primera experiencia con la ausencia de productos básicos.
Hace poco más de 2 años aproveché la oportunidad de que un amigo viajaba a Caracas para enviar a mi familia sus regalos de navidad. Esos viejos tiempos en que la gente te decía cuando iba a Venezuela por si querías enviar algo.
Llena de ilusión compré 2 Ipads para mi hermano y hermana y un estuche de maquillaje para mi sobrinita. Le escribí a mi hermana para advertirle que le estaba enviando un paquete con un amigo para que estuviera al pendiente y me contestó diciendo si era posible que le enviase champú y desodorantes.
Yo insistía con la ilusión del envío de los Ipads porque había que comprar las fundas y descargar aplicaciones y mi hermana con en el champú y el desodorante, así que fui a supermercado para cumplir con la encomienda.
Debido a la forma de envío no fue sino unas semanas después que tuve noticias de mi hermana quien me llamó muy emocionada y agradecida por el chumpú y los desodorantes. Contándome como había compartido con la familia los desodorantes y del pesar que significa no encontrar champú. Los Ipads pasaron totalmente inadvertidos. Fue cuando caí en cuenta de la transformación de la vida de mi familia, que ahora vive tras la búsqueda de productos de primera necesidad todos los días, donde todo lo demás ha dejado de ser importante.