Valentina Oropeza (Prodavinci)13 ago 2018Instituto de medicina tropical: Crónica de una debacle El bioanalista ajustó el microscopio y la gota de sangre se hizo nítida. Parásitos con cola se movían fuera de los glóbulos rojos. Volvió a girar el ocular. Los parásitos tenían forma de C. No esperaba ese resultado. La prueba buscaba confirmar malaria pero aquella sangre estaba infectada con Trypanosoma cruzi. La paciente tenía Enfermedad de Chagas. Era una niña de nueve años y vivía en Chacao. El bioanalista no había escuchado de contagios en el corazón urbanizado de Caracas.
El bioanalista ajustó el microscopio y la gota de sangre se hizo nítida. Parásitos con cola se movían fuera de los glóbulos rojos. Volvió a girar el ocular. Los parásitos tenían forma de C. No esperaba ese resultado. La prueba buscaba confirmar malaria pero aquella sangre estaba infectada con Trypanosoma cruzi. La paciente tenía Enfermedad de Chagas. Era una niña de nueve años y vivía en Chacao. El bioanalista no había escuchado de contagios en el corazón urbanizado de Caracas.