Cientos de poemas de dolor y una revolución desesperada: Diego ¿por qué sonríes?
En los brazos de la gente
no te duele el pecho, sólo quema.
El sol enceguece tus ojos
tu miras al cielo y sonríes.
Diego ¿por qué sonríes?
¿Tu sabes… Tu entiendes
Qué está pasando?
Estás muriendo
¿Qué estás mirando?
¿El cielo te está hablando?
¿Qué te dice?
¿Puedes ver nuestro futuro?
¿Venezuela será finalmente libre?
Estoy triste, escribí nuestro futuro
tu no estás en él.
Es mediodía, el humo
de las bombas lacrimógenas,
miles de personas gritando,
demasiadas explosiones
escondieron a tu asesino.
Una bala travesó la roja
camiseta del Caracas Fútbol Club
hiriendo tu pecho.
Tu corazón de treinta años
Se detuvo, pero tu sonríes.
Esa mañana, era una protesta más
otra vez, miles de venezolanos
pedían elecciones, comida y medicinas.
¡No más violencia!
decía la pancarta de al lado.
Diego, tu sabías que la muerte
Estos días Camina
entre los manifestantes
gritar libertad es un riesgo
Pero tu amor por tu país
es más grande que tu miedo.
Me avergüenzo,
yo sólo escribo poemas.
Te perdimos, y desde abril
se nos fueron Jairo, Carlos José,
Andreina, Miguel, Diego.
Anderson, Luis, Yeison, Jesús.
Armando, Ana, Ángel, Renzo…
Perdimos cincuenta corazones
venezolanos en cincuenta días,
mañana dolorosamente serán más.
Te admiro, jamás tendré
tu paz, valentía o amor,
mucho menos tu sonrisa.
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