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La última generación que estudió en Venezuela

Yo soy de clase media (mi mamá no le gusta que lo diga, pero hemos sido clase media baja). Lo interesante es que eso no ha sido un obstáculo para que mi hermano y yo tuviéramos acceso a la educación. Estudiamos en un colegio semi-privado (para gente que puede estudiar en algo mejor que un colegio público) y siempre hemos vivido con lo justo, alquilados y sin carro. Esa es la verdad.

Siempre soñé con ser periodista, así que cuando me estaba en el último año de bachillerato presenté para estudiar en la Universidad Central de Venezuela (alma mater de mi madre y además pública y gratuita, lo que nos venía muy bien) y en la Universidad Católica Andrés Bello (bastante cara, pero la universidad que yo quería). Lo cierto es que en la UCV más de cuatro mil personas que presentaron el examen de admisión (yo quedé en un respetable de 89) pero sólo aceptaban 40, porque el resto de los cupos o estaban vendido o pertenecían a hijos de trabajadores de la universidad.

Sí quedé en la UCAB y pese a no saber cómo la pagaríamos, mi familia me apoyó en mi idea de estudiar allí. Fui una privilegiada, tuve profesores muy buenos, vi materias excelentes, aprendí demasiado, gané muchos amigos y colegas, como siempre lo digo: es la mejor inversión de mi vida.

En el momento que yo entré en la universidad, Comunicación Social era la carrera que requería el mayor puntaje por lo que mis compañeros de clase eran genios (sí y lo son) que en su mayoría eran de clase media alta en adelante. Es decir, estudié con parte de la elite capitalina.

Hoy me doy cuenta que eso ya no ocurre. Con la emigración galopante que tenemos nadie que pueda pagar un pasaje y una visa está estudiando la universidad en Venezuela. Lo voy a replantear, si conmigo se graduaron 150 personas, al menos 120 tenían los recursos de irse al extranjero a estudiar, y no lo hicieron. En la época pre-Chávez y sus primeros años, lo normal era estudiar en el país, así tuvieras dinero para irte a otra parte. Quizás si pensabas en el postgrado, irte tenía sentido (sólo para estudiar, porque la idea siempre era volver).

Ya cuando nos graduamos, un pequeño grupo tenía las maletas preparadas y se fueron. Quince años después de nuestro primer día de clases, podría decir que de 150 sólo unos 20 están en el país, ni si

quiera el director de la escuela está hoy en nuestro país.

Era interesante, Venezuela desde principio de los 80´s ya no era el país que queríamos pero eso no impedía que viéramos nuestro futuro allí. No fuimos criados para emigrar, ni siquiera quienes tenían los recursos lo hacían. Yo tuve la suerte de vivir la última parte de aquella época.

Voy con una frase trillada: nosotros no fuimos un pueblo criado para emigrar, todo lo contrario, otra de las cosas que el chavismo nos robó.

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