Virus chavista
El virus chavista
llegó a nuestras vidas
hace veinte años
disfrazado de cambio,
de libertad.
El virus chavista
nos asesinó, secuestró,
robó, asalto, ultrajó, violó,
pegó, empujó, atropelló,
separó, mordió,
nos eliminó.
El virus chavista
se aprovechó
de nuestra obsesión
de nuestra búsqueda
infinita de un salvador.
El salvador que nos llevaría
a los buenos tiempos
que haría a Venezuela
grandioso otra vez.
Decidimos que ese salvador
era militar, como el último dictador
que construyó muchos edificios
y garantizó la seguridad.
Decidimos que es salvador
era la persona menos democrática
de los últimos diez años,
el hombre que intentó
un golpe de Estado
el hombre que fracasó
en un golpe de Estado.
Decidimos que es salvador
era un hombre con lengua de oro,
encantador de serpientes,
el simpático, el gracioso,
el que representaba al pueblo,
al pobre.
¡Qué suerte tuvimos
encontrarnos a ese salvador!
Lo elegimos presidente.
Nuestro salvador lo prometió todo.
El cambio fue su bandera,
nos daría el país
que nos merecíamos,
el país donde los pobres
por fin tendrían voz.
Nuestro salvador
nos pidió
una nueva Constitución,
se la dimos,
nos pidió
muchas elecciones,
se las dimos,
nos pidió
todo el poder del mundo,
se lo dimos.
El cambio prometido arribó.
No era el esperado.
La prosperidad se desvió,
no se construyeron viviendas,
no se promovieron más empresas,
no había más oportunidades,
ni mejores colegios,
o más seguridad.
El amor por el salvador
hizo que muchos no vieran
al virus chavista comerse al país
con crimen, corrupción y drogas.
El virus chavista destruyó el país
con paciencia, con esmero,
premeditación y dedicación.
El virus chavista
se enriqueció de la desgracia,
armó a los criminales,
arrebató tierras a sus dueños,
sacó a los niños los colegios,
privó a los abuelos de sus pensiones,
nos dejó el dinero a todos
devaluando la moneda
a niveles inimaginables.
El virus chavista acabó con todo,
el medioambiente, la industria petrolera,
el Miss Venezuela, las playas,
los empleos, la televisión,
la empresa privada, los puentes,
las universidades, las calles,
las carreteras, las autopistas,
los medios de comunicación,
las telenovelas, el béisbol,
la Vinotinto, el sistema orquesta,
Danny Glover, Sean Penn.
El virus nos arrebató todo.
El virus chavista
permitió que los criminales
nos dominaran.
Ser malandro era más productivo
que ser decente.
Nos encerró en nuestros hogares,
nos llenó de miedo,
el peligro nos rodeaba noche y día.
El virus chavista destruyó la democracia.
Nos hizo votar decenas de veces
nos manipuló para su beneficio,
para robarnos el voto,
para corromper el sistema,
para agotar nuestro espíritu,
para hacernos creer que ganamos
cuando perdíamos.
Provocó que el voto no fuera una salida.
El virus chavista llenó las cárceles
de inocentes. Liberó culpables.
Abarrotó celdas de presos políticos,
los torturó, violó, abusó, asesinó,
creó a los pranes, seres despreciables
con más poder que el ministro.
Nos quitó la posibilidad de justicia.
El virus chavista nos quitó a Bolívar,
nuestro Libertador.
lo corrompió, los agotó,
inventó historias que nunca le sucedieron,
lo desenterró,
hizo brujerías con sus huesos.
Lo convirtió en una maldición.
El virus chavista nos enseñó a protestar
salir a la calle a manifestar
el virus nos disparó, nos atropelló
nos golpeó los asesino
por salir a la calle desarmado sin A reclamar
El virus chavista destruyó la policía,
los convirtió en malandros,
devastó a los militares,
los corrompió, politizó,
los convirtió en asesinos,
los hizo sus cómplices
los redujo a ser unos inútiles.
El virus chavista se expandió por el mundo.
Ecuador, Brasil, Colombia,
Perú, México, Honduras,
Argentina, Bolivia, España
se infectaron de sus palabras
dulces e ideas codiciosas.
El virus chavista nos confinó
en nuestros hogares por dos décadas.
Llenamos nuestras casas de rejas,
se volvieron nuestras prisiones particulares.
El virus chavista nos mató de hambre,
desapareció alimentos, supermercados,
fábricas, granjas.
Nos hizo adelgazar hasta los huesos,
comer, con suerte, una vez al día,
comer ratas, magos envenenados
y perros callejeros.
El virus chavista destruyó los hospitales,
las clínicas, la salud pública,
desapareció las medicinas.
El salvador no hizo nunca nada
por los enfermos.
El virus chavista incluso mató a Chávez.
El virus chavista nos convirtió
en una plaga para nuestros vecinos.
Los venezolanos somos la epidemia
en el extranjero que roba trabajo,
oportunidades, comida
a los latinoamericanos.
El virus chavista engañó al mundo
se hizo llamar la cura
cuando siempre fue la enfermedad.
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